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– ¿Qué valores destacarías de Lakasa y  Fokacha?

Respeto y honestidad hacia la profesión y el cliente. La humildad y generosidad del ekipo.
 

– Si no trabajaras aquí, ¿vendrías como cliente?

Sí, por supuesto. La calidad del producto, como se refleja el trabajo en cada plato, y la sensacion de comodidad y bienestar que te producen el servicio de sala son razones más que suficientes.

– ¿Qué plato te gusta más de la carta?

Difícil decantarse por uno. El lenguado salseado con Miso en Lakasa ha marcado mi vida aquí, pero por significado me quedo con el «Tonello Vitatto» de Fokacha. Creo que es reflejo fiel de nuestra forma de trabajar, tradición y producto visto desde un prisma personal con algo de locura.

– Qué tanto por ciento crees que le dan los clientes a la cocina y a la sala al evaluar su experiencia en nuestro restaurante.

Siendo sinceros, creo que de primeras los nuevos clientes vienen por la cocina. Sin embargo, en el transcurso de su estancia, el servicio de Sala adquiere una importancia altísima que completa de manera sobresaliente la experiencia. Personalmente es algo que he aprendido a valorar viendo la labor impecable de mis compañeros. Hacerte sentir tan a gusto como en casa es un trabajo tan difícil que no lo valoramos lo suficiente. Mi mentalidad en eso ha cambiado de forma radical.
 

-¿Que recordarás de este tiempo en Fokacha en unos años?

Todo lo que he aprendido de cada uno de mis compañeros, pero sobre todo el sentimiento de familia dentro del trabajo.

– ¿Piensas que Fokacha marcará tu camino profesional?

Lo aseguro. Lakasa es el lugar dónde quería y donde debía trabajar cuando empecé en la cocina y donde he crecido como persona y profesional. No tengo dudas de que Lakasa marca mi camino.