con salsa vizcaína
Las armonías se construyen por contraste o por aproximación. Este plato de calamar y manitas consigue el acorde en la textura a través de la segunda vía.
Ambos ingredientes, el calamar y la manita, comparten una mordida similar, que va de lo consistente a lo quebradizo y gelatinoso de una manera sorprendente.
Con abundante cebolla, pimiento choricero y un buen chorro de oporto y de amontillado hacemos una salsa vizcaína que envuelve la manita primero y cubre el calamar tras su paso por la plancha después.
El resultado final en la boca de este plato necesita poca explicación. o ¿quizá sí?
Nº de comensales:
Tiempo requerido: